La escuela puertorriqueña debe ser un instrumento eficaz para la construcción de una sociedad justa y democrática. Debe ser una experiencia social, capaz de integrar voluntades para el bienestar colectivo, pero enclavada en la realidad actual de las comunidades. El proceso educativo de cada escuela debe responder a las variadas necesidades y talentos de los estudiantes, diversificando los ofrecimientos con alternativas educativas y evaluación, tanto en horario regular como en horario extendido. Es necesario atender la formación del estudiante en todas sus dimensiones y brindar importancia al desarrollo del conocimiento y las competencias académicas, en armonía con el desarrollo emocional, social, físico y psicológico. Esto redundará, entre otras cosas, en un ambiente de paz, solidaridad y colaboración en la escuela y en las comunidades.
No comments:
Post a Comment